Instructores de ZCO muestrean los ibones de Truchas y Escalar

Continuando con la campaña de muestreo que se inició el pasado fin de semana en el ibón de Marboré, los buceadores de ZCO – y colaboradores de la Vocalía de Buceo Científico y Medio Ambiente de la FARAS- Fernando Guardiola, Jorge Burgos y Alfonso Pardo han participado en el muestreo de los ibones de Truchas  y Escalar  en las inmediaciones de la estación de esquí de Astún.

Los muestreos de agua y sedimentos realizados el sábado 3 de septiembre de 2009, están destinados a un proyecto científico interdisciplinar en el que participan diferentes departamentos de la universidad de Zaragoza y el IPE, con el fin de conocer por una parte el estado medioambiental y las características geológicas, geomorfológicas, batimétricas, fisico-químicas y ecológicas de estos lagos de origen glaciar del Pirineo aragonés, y por otra ver su potencial como fuente de datos para la reconstrucccón paleoclimática del Cuaternario en el Pirineo.

Panorámica del ibón de Truchas

El ibón de Truchas se encuentra  a una altitud de 2144 m. Los buceadores lo recorrieron en diferentes transectos para hallar una profundidad máxima de 4,3 m, y una aceptable visibilidad de unos 3 m. El fondo del ibón con un típico perfil de artesa, es una cubierta continua de fango limoso con una intensa bioturbación en toda su superfice, producida por anélidos y gasterópodos. Los buceadores también comprobarón el intenso impacto antrópico al localizar en el fondo del lago numerosas bolsas y vasos de plástico, y otros muchos desperdicios que los excursionistas y esquiadores dejan en sus inmediaciones y que terminan en el fondo del ibón. La presencia de peces índica que el ecosistema original de este ibón ha sido alterado por el ser humano, con la introdución de alevines para la práctica de la pesca.

El ibón de Escalar con sus aguas ricas en hierro

El ibón de Escalar a 2078 m de altitud, presenta notables diferencias con su vecino. La aguas rojizas por la cantidad de hierro disuelto apenas proporcionan una visibilidad de 25 cm. Se trata de un ibón en plena fase de colmatación en la que los grandes aportes de sedimentos del circo – en especial desde el abanico aluvial y delta que se observa en la parte derecha de la imagen- hacen que, a pesar de su extensión,  su máxima profundidad sea de 3 m. El fango del fondo no se encuentra tan bioturbado como el del ibón de Truchas. La escasa visibilidad impidió realizar observaciones precisas del impacto humano en este entorno subacuático.